viernes, 31 de enero de 2020

Mi comentario a “El negociado del yin y el yang”, de Eduardo Mendoza

Una novela de Eduardo Mendoza. Con eso bastaría para describirla. Eso es sinónimo de disfrutar con el lenguaje, con un acervo léxico y discursivo prolífico y espléndido. Una evasión hacia la situación cómica y la desternillante mezcla de tonos discursivos que raramente coinciden con las espectativas del lector sobre el personaje.  Leer a Mendoza es reír y aprender. En este caso, la continuación de “El rey recibe” repasar un momento histórico de nuestro país a mediados de los años setenta. Las peripecias del señor Batalla continúan, ora por oriente, ora por occidente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario