jueves, 18 de octubre de 2018

Mi comentario a "Jaque al psicoanalista" de John Katzenbach


Me ha vuelto a sorprender muy positivamente.
Cuando ví aparecer la novela, como continuación a "El psicoanalista" me acudió el pánico propio del "nunca segundas partes fueron buenas". Incluso al iniciar su lectura pensé que iba a ser estirar el chicle de un thriller psicológico que a casi todos los que lo han leído les ha atrapado.
La sorpresa ha sido comprobar que se disfruta igual o más que el anterior. Que el juego psicológico que propone el autor es más retorcido si cabe, y al mismo tiempo más brillante que en la primera parte. El doctor Richard Starks nos vuelve a imantar a sus teorías, sus miedos y sus formas de plantear una persecución como una verdadera partida de ajedrez.
Por tanto, me ha gustado mucho y la recomiendo. En la forma es correcta, aséptica, sin florituras pero con un buen uso de las descripciones. No está mal traducida, salvo algunos calcos del inglés que podrían haber resultado mejores con un acervo discursivo mayor por parte del traductor al español.
Quedan ganas de una tercera parte lo antes posible.
Adictiva.

martes, 9 de octubre de 2018

Mi comentario a "Sabotaje" de Arutro Pérez-Reverte



Como siempre, pero más incluso, una experiencia de lectura impresionante, única. El tercero de la serie Falcó tiene todo lo que un lector revertiano, y cualquiera que goce con la literatura,  espera encontrar, y si cabe, aún más depurado.

Si este hombre escribiera, no sé, por ejemplo, las instrucciones de los aparatos, algunos no saldríamos de la página de Amazon.

Es sublime su utilización del predicativo, cómo es capaz de decir, con un adjetivo, lo que a otros les ocupa una página o un capítulo. Los libros de Pérez-Reverte abría que leerlos una y otra vez sólo por aprender a hablar y a escribir mejor.

Pero es que, además, es excelso en la trama, en el dibujo de los personajes, los estados de ánimo que se describen en las propias descripciones del espacio, las personificaciones, que están ya a un nivel lírico y, en definitiva, es un lujo ser contemporáneo de este escritor.

Aparece la recurrente mujer superior, cuajada, femenina y quizá feminista, pero no folclórica, capaz de sumir a cualquiera en la miseria con una mirada. Hay un muy adecuado enlace con la segunda novela de Falcó. Algo que está ahí, y que remueve la nostalgia del protagonista y del lector.

Hay escenas más tórridas de lo que viene siendo habitual y, siempre, sin caer en el mal gusto o lo zafio, siempre construidas con el tacto de la buena literatura.

En definitiva, si va a ser el último de la serie, nos vamos a quedar con ganas de más.

La historia de España y Europa contada sin los complejos que a tantos atormenta y los convierten en tormentos. Historias de espías, de mercenarios, de bandos, de lealtades, pero sobre todo, de personas.

 

jueves, 4 de octubre de 2018

Mi comentario a "Fútbol, sexo, negocios y otras mentiras" de Ramón Rocamora.






En primer lugar comentar que se trata de una novela, cuando menos, valiente, pues del mundo del fútbol parece que todos saben. Sin duda se lee más aunque sea en periódicos, redes o web que de cualquier otro tema y eso es un hándicap ya para el autor que se atreve a entrar en un universo en el que todos se van a apuntar a los que quieren ver más allá de la literatura, identificar personajes, equipos, ciudades, etc.

Por esta razón, me parece muy oportuna la fórmula en la que mezcla las dosis de realidad y ficción en cuanto a la identidad, no sólo en cuanto a lo literario, que se da por descontado, sino también en cuanto a la concepción de un club, el Real Triunfo, sobre el que se ubican los actores de este drrelato con tintes negros.

Parece ser la ópera prima del escritor por algunas cuestiones de estilo, como la recurrencia al nombre propio en la deixis de los personajes y otros rasgos estilísticos. También se aprecian algunas erratas propias de una primera edición que debía haberse corregido mejor.

Sin embargo, y pese a eso, llama la atención una intensa fuerza para contar historias y dibujar personajes humanos, con sus virtudes y defectos, con sus grandezas y miserias, capaces de sorprender. Me gustan mucho los personajes de las dos mujeres protagonistas en un mundo muy de hombres, aunque afortunadamente eso vaya cambiando. La fuerza de esa mujer que se exhibe tanto en sus momentos álgidos, lo que hoy, calcando del inglés, se llamaría empoderamiento, como también en esos otros en los que se identifica como humana, sin necesidad de demostrar lo que es o no es. "Una paradoja repleta de ironía". Eso ocurre también con los personajes masculinos más complejos de la novela, sus claroscuros, “lo que valen por lo que hablan y lo que callan”, parafraseando al propio autor.

En definitiva, he pasado un buen rato. Es mejorable su edición, con el debido respeto que debe mostrar quien no sabría hacerlo mejor, pero es rotunda en la historia que cuenta y sorprendente en su desenlace.