miércoles, 20 de junio de 2018

Mi comentario a “Arderás en la tormenta” de John Verdon





Este autor es un fetiche para los que nos gusta la novela policiaca. Capaz de complicar al lector en tramas perfectamente urdidas en tiempo y forma de las que, aparentemente, no se puede salir y que desenvuelve con maestría y una intriga que no tiene parangón. No está exenta de humor, de cariño y de todo un abanico que dibuja múltiples personalidades bien definidas en los personajes que, pese a todo, confunden al lector.

Cualquiera de las novelas del detective Gurney contienen una gran dosis de estas cualidades literarias. La recomiendo aunque, cuidado con escucharla y no leerla en tinta o braille porque te puedes perder.

Mi comentario a “Que nadie duerma” de Juan José Millás




No me ha entusiasmado. Me resulta un pelín insulso. Utiliza contenido más o menos sensual o tórrido pero sin mucho fuste, quizá como atractivo o para dar un toque de desequilibrio. La forma o uso del lenguaje, bien. Es un buen escritor en cuanto al uso de las palabras.

En cuanto al contenido de la novela, si lo que se trata es de la comparación entre la ficción y la realidad, el ars versus natura, hay muchas obras clásicas que lo abordan mejor. El recurso a la ópera esperaba que fuera más ambicioso y no  que quedarse en torno al aria más famosa.

No obstante, es sabido que este autor o te gusta o no te gusta, y que sus mundos son los que son. Personalmente no puedo opinar porque no he leído lo suficiente.

Sólo digo que ésta no estará entre las mejores novelas que he leído en 2018.

 

martes, 5 de junio de 2018

Mi comentario a “Cuando sale la reclusa” de Fred Vargas



Mucho. Me ha gustado mucho. Amante como soy de la literatura negra y policiaca, casi había abandonado la idea de que alguna me sorprendiera por la perfección de su estilo, por su valor meramente literario, del disfrute y descubrimiento de la belleza en el contar, al margen obviamente, del maestro Reverte por su precisión.


Ésta lo ha hecho. La autora es magistral con los diálogos por lo que, si como ha sido mi caso, el lector se ayuda con la accesibilidad de Voice Over o similar, debe estar bien concentrado. Yo he estado a pique de que me atropellaran esta mañana, andando hacia el trabajo, mi lectura matutina de ajuste neuronal, precisamente por ir absorto en los diálogos para no perder detalle.

Juega con el lector desde la trama y desde el lenguaje y, lo que cuenta de forma tan magistral, es tan difícil de contar que está en una longitud de onda superior, en ocasiones, metafísica.

Otro descubrimiento. Otra novela, la vigésima cuarta en lo que llevo de año que considero un acierto.