jueves, 10 de septiembre de 2015

Mi comentario a "Palabralogía" de Virgilio Ortega

Tras la lectura de su segundo libro "Palabrotalogía" ya comentado en este blog y el buen sabor que dejó, he leído este otro que me parece muy interesante también. Si bien, al estar desprovisto del componente  tabú de las palabras que se analizan en la otra obra, puede resultar menos divertido, es un texto muy ilustrativo del origen y etimología de las palabras. Es didáctico en cuanto a que juega con las palabras desde un campo semántico y no como una enumeración de lexemas con su etimología. Es instructivo porque trata sobre cultura general y, muy especialmente de cultura clásica. Tiene capítulos muy interesantes y otros un poco más farragosos pero sin duda es un acercamiento a la lexicología y la etimología muy acertado y divertido. Además, estimulando el universo de los lexemas que analizan hace que el lector piense en muchos otros provenientes de la misma raíz con lo que se incrementa siempre agradable sensación de estar aprendiendo cosas. Esto se ve especialmente en los capítulos finales al hablar de la formación de los neologismos recurriendo a raíces grecolatinas. Y cómo la formación de las palabras, y por ende, de la realidad, tiene una motivación muy concreta y no es arbitraria.
Lo recomiendo también.

viernes, 4 de septiembre de 2015

Mi comentario a "Lo que no te mata te hace más fuerte" de David Lagerkrantz

Mezcla brutal de sensaciones contrapuestas las que tengo recién terminado de leerlo pero me quedo con que merece la pena y con los buenos ratos que me ha hecho pasar. Al margen de que no es más que un relato, sin mayores pretensiones literarias, tiene muchas cosas dignas y otras menos buenas.
Quizá, empezando por lo menos bueno, uno de los handicap es que  empieza uno a leerlo siempre con el prejuicio de que no es el autor de la trilogía anterior y con cierto recelo sobre lo que se puede encontrar. El primer capítulo tampoco ayuda, pues, al ser muy explicativo, toca un poco las narices al lector empedernido de la saga que asume como personal y por tanto es experto conocedor de la vida de los protagonistas. También echo en falta en la estructura del relato más harmonía entre las tres partes, pasando del planteamiento al desenlace más rápido de lo que quizá se espera, aunque, bien mirado, puede ser también un síntoma de que se hace corta por lo mucho que atrapa. Pero no me engaño, lo cierto es que si hubieran tenido mil páginas más cada una de las otras novelas, también se me habrían hecho cortas. Y lo positivo, que es bastante.
Si bien nuestra heroína ocupa un lugar mucho más destacado durante la segunda parte, la verdad es que se le echa en falta bastante durante la primera mitad del libro, tanto, que el lector llega a plantearse si es que será demasiada mujer, demasiada personalidad para el autor. Ahora bien, es Mikael Blonkvist quien ocupa un lugar destacado y, para mi gusto, es el personaje más reconocible. Lisbeth no defrauda después y durante todo el desenlace nos vuelve a cautivar y hacer sentir como si fuera parte de la familia pero es cierto que ocupa menos protagonismo que en las novelas anteriores. Es ese lazo íntimo con la heroína de la historia el que hace que no puedas desengancharte y que te sumerjas perfectamente en la trama viéndose el lector como un espectador más de todo lo que está ocurriendo. La trama sobre la que se urde la novela quizá es un poco más compleja que en las anteriores, muy técnica, aunque muy interesante, Pero muy por encima de entenderla lo que atrapa es cómo evolucionan los personajes en virtud de su personalidad tan bien creada por el autor original.
Así que, en líneas generales, pese a faltar Stieg Larsson, considero digna sucesora de la saga esta novela en cuanto que nos sumerge y nos hace vibrar. No es la que más me gusta, pero todos los que leyeron las otras tres, si se enfrentan a este texto sin prejuicios, revivirán a esos personajes de los que, cuando terminábamos el tercer libro creíamos que nos teníamos que despedir para siempre.