martes, 29 de marzo de 2016

Mi comentario a "Víctor Ros y el gran robo del oro español" de Jerónimo Tristante.

Una novela más de aventuras del investigador español decimonónico más famoso, Víctor Ros.
Sin duda, mantiene la atención por su ritmo cinematográfico. No defraudará a los seguidores de este personaje policíaco aunque quizá un poco a los seguidores de Tristante.
Si bien tiene momentos brillantes como cuando hace coincidir a Víctor Ros con Sherlock Holmes en Londres, la estructura del contenido está más pillado de los pelos que en otras ocasiones y deja muchos frentes abiertos a la casualidad, casi más que a la atención o a la deducción.
El desenlace de la novela es demasiado enredado porque han participado de ese enredo muchos factores. En cuanto al tono y la forma del lenguaje de la obra, en esta primera edición hay algunos descuidos corregibles, alguna errata y otros fallos de atención como por ejemplo describir que cuando un barco se aleja de la costa está poniendo “tierra de por medio”.
En resumen, hay ingredientes de  tensión, momentos brillantes, acción, tiroteos, conjuras e intrigas que hacen pasar un buen rato, sin ser, a mi juicio siempre, la novela más cuidada de Jerónimo Tristante.
 
 


jueves, 24 de marzo de 2016

Mi comentario a "La legión perdida" de Santiago Posteguillo @SPosteguillo

Magnífica. Gran final para una excelente trilogía. Novela histórica repleta de acción, intriga, pasión. Fiel a la historia en más detalles de los que se perciben en una primera lectura y que, como en los otros títulos, gracias a la explicación del proceso de documentación que expone el propio autor, se saborea mucho mejor. Eso sí. Debe leerse este apartado siempre después de leer la novela para mantener toda la magia que la parte de ficción y la riqueza de la inventiva y la propia historia nos brinda.
Una novela para volverse a sentir nuevamente inserto en el apasionante mundo y la época de la mayor gloria del imperio romano. Personajes dibujados al detalle, magistralmente, que evolucionan en un texto vivo y trepidante.
No falta ese pronto pedagógico del buen maestro que utiliza las palabras latinas en los contextos adecuados para percibir la etimología de muchas de las palabras que han llegado a nuestros días.
Dos épocas que van saltando desde el principio de la novela pero que mantienen la atención por sí mismas son la propuesta de Santiago Posteguillo para esta magnífica y ambiciosa novela.
El estilo, el suyo, directo, vertiginoso, envolvente por todos los sentidos.
Si hubiera que poner algún pero, éste es fácil de resolver en la siguiente edición (he leído la primera que compré en Amazon kindle a las 0:01 el día en que salió). Se trata de algunas erratas en los últimos capítulos (un laísmo, alguna falta de letras en determinantes o alguna preposición dislocada). Como digo, fácil de resolver. Porque de la novela no se puede decir nada más que es la culminación a otra trilogía, la de Trajano, que como aquélla de Escipión, no hace más que seguir despertando el gusto y la pasión por la cultura clásica.
Enhorabuena de nuevo Santiago.