sábado, 5 de diciembre de 2015

Mi comentario a "La guerra civil contada a los jóvenes" de APR

Corto. En ocasiones eso de "lo bueno si breve, dos veces bueno" no es cierto. Se trata de una lectura digna, desprovista de subjetividad, cosa que se agradece en este país de ingratos, acomplejados y revanchistas que aún se acogen a un desgraciado acontecimiento histórico del pasado ya lejano para seguir liándola y aprovechándose de ella.
Como digo, un ensayo conciso, directo, sobre el que el autor podría haber escrito cientos de páginas más con el mismo estilo y sería aún mejor, pues la cantidad aquí sería sinónimo de más placer por la historia, la realidad, al margen de intereses.
Me ha gustado mucho. Espero, en esta faceta del autor que todos esos artículos que aparecen domingo tras domingo bajo el título "Una historia de España" los compile pronto en una nueva obra de carácter histórico sobre un estilo tan claro, directo y didáctico.

Mi comentario a "Los ángeles feroces" de José Ovejero

Aunque personalmente no comparto la visión apocalíptica y la crítica social que el autor hace en el que hasta ahora es su último libro, no se puede negar la destreza en la pluma (o la tecla, puesto a ser metonímicos) de Ovejero.
No obstante, no me ha gustado tanto como otras obras de alto nivel del mismo autor, como fue el caso de "La invención del amor".
En el aspecto formal, hace algunos experimentos que, no siendo estudioso de la obra de este escritor, no puedo decir que sean originales de esta novela o de su estilo. Tal es el caso del personaje del narrador, que transgrede su función de narrador para dirigirse al lector a modo de diálogo. Esta técnica, que recuerda a recursos cinematográficos del genio Woody Allen (Poderosa Afrodita, La Rosa Púrpura del Cairo, etc.),  en esta novela me resulta redundante pues lo que explica bien debiera deducirlo el lector. Provoca el anticlimax.
Con tonos de historia apocalíptica a la que se supone que nos ha llevado esta sociedad, los personajes evolucionan bien. Eso sí, para mí son personajes esperpénticos, en buen número grotescos. En ocasiones he visto un atisbo del esperpento de Valle-Inclán un siglo después y actualizado a una sociedad actual, de cuya visión discrepo con el autor.