domingo, 22 de octubre de 2017

Mi comentario a “Eva” de Arturo Pérez~Reverte.


Como con el resto de sus obras, me niego a analizar su estilo, pues sólo puedo admirarlo, disfrutarlo y lamentar que se termine el libro. Escribe espectacular, con la palabra precisa, la metáfora que resume en una frase el sentimiento para el que otros, aún siendo buenos en el arte de escribir, necesitan de páginas y páginas.
Respecto al contenido, continúan las aventuras de Lorenzo Falcó en los comienzos de la Guerra Civil. Es, a mi humilde juicio y con el debido respeto, más redonda, si cabe, que la primera entrega. Sin adelantar nada, como dicen los bárbaros, sin spoiler, el dibujo de esa mujer rotunda que llena la escena, que llena el panorama sin necesidades de visibilización y discriminación artificial mediante el lenguaje, sin “compañeros y compañeras”, “indígenas e indígenos”, etc, es brutal y un argumento contundente contra todos esos ignorantes de lo ecuánime.
Por lo demás, la clave, la que hemos leído tanto en las obras y artículos del escritor cartagenero, el honor y la lealtad.
Como mi forma de expresión oral suele ser mediocre, para todos aquellos que no me entienden bien los conceptos de honor y lealtad cuando voy haciendo apostolado de que son los valores más admirables en las personas y es a lo que uno aspira y por lo que muchas veces prefiere la compañía de los perros, esta nueva novela cuenta con infinidad de ejemplos.
Imprescindible.

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