martes, 28 de octubre de 2014

Mi crítica literaria a "El libro de las pruebas"

Es, como ocurre con otros libros de este irlandés recientemente galardonado con el premio Príncipe de Asturias de las letras, poesía narrativa.
Hace ahora un año que leí “Antigua luz”. Más tarde leería otra obra de su alter ego bajo el seudónimo de Benjamin Black “La rubia de ojos negros”. Ésta que comento hoy, anterior a aquéllas está más en la línea de Antigua luz, con descripciones hipersensoriales, descripciones que evocan sensaciones y sentimientos, a una altura literaria prodigiosa. Por eso es una novela deliciosa de leer y releer. Es como un masaje para las sensaciones y los sentidos usando como manos al lenguaje y las palabras. Es literatura de altura, en el sentido del uso afortunado de la palabra adecuada en cada momento.
La trama, original, pues narra en primera persona todo un diálogo interior, el diálogo que todos tenemos con nosotros mismos en nuestra esquizofrenia diaria, pero proyectando los miedos y vivencias de un asesino. Un hombre normal, sin mayor maldad aparente, que pasa desapercibido pero que es, no obstante, un asesino.
Encontramos reflexiones dignas de una autoridad en el mundo de la filosofía y la divulgación metafísica pero, como decía, adornado con un lenguaje exquisito, con un uso preciso de la lengua que, a la postre, ha sido una de las razones que le han llevado a obtener el Príncipe de Asturias. Entiendo ahora cómo ha creado ese otro escritor bajo el seudónimo de Benjamin Black para escribir otras novelas más de corte policíaco y negro, pues se distancian de la hermosura en el tono y la forma de las novelas de Banville.
En resumen, un viaje de placer a bordo de las palabras ricas, escogidas, infinitas e intemporales que trasportan al lector más allá de ser un mero espectador de la trama para llegar a sentir en su piel las vivencias y sensaciones del protagonista.
Evaluación subjetiva:
Un 8 sobre 10.

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