miércoles, 12 de noviembre de 2014

Mi comentario a "La Loba de Al-Andalus" de Sebastián Roa


Se trata de una extensa novela histórica. La epopeya de un reino, el Sharq Al-Andalus que tuvo en su capital, Murcia, la máxima expresión de modernidad, libertad, lujo y prosperidad  que haya conocido, no sólo esta tierra, sino los diferentes pueblos y reinos peninsulares. Escrita con un estilo cinematográfico, narra el devenir del reino del tan poco conocido Rey Lobo. El lujo, la sensualidad, el papel de la mujer y la posterior decadencia por los fanatismos de los almohades (la Yihad) desde el sur, y la indolencia de los reinos cristianos del norte durante el tercer cuarto del siglo XII.
Es la historia recurrente del fanatismo que acalla y somete la prosperidad, pero narra también historias de lealtades, amores reales, amores de interés y traiciones cruzadas, asuntos no sujetos a una época concreta. Esto mismo hace que te atrape esta extensa novela que, como tal, cuenta con sus licencias de ficción, pero que describe muy bien las ciudades andalusíes de Murcia o Valencia y ese mismo reino, el Sharq volcado en la libertad, la convivencia entre culturas, el respeto por la libertad y por la vida. Valores que entonces, como desgraciadamente sigue ocurriendo, zahieren la moral e intereses de los fanáticos.
Es una novela que todo murciano debería leer, pues, al igual que pasaba con Escisión y Anibal para los cartageneros, es bueno conocer cómo este vergel rico por sus tierras y por su clima, fue en un momento la joya envidiada por todos.
En cuanto al estilo, tiene mérito saber contar una historia en la que intervinieron tantos personajes, con el acervo de nombres árabes que se manejan, y hacerlo durante 1.600 páginas (en tinta) sin que se pierda el interés o la atención. Una lección de historia para todos los de aquí y aquellos que, desde localidades que ni siquiera existían entonces, desde otras que se creen que son algo más que una Comunidad, o desde las propias cadenas de televisión que informan del tiempo, obviando a nuestra Región y dejándola al margen de anticiclones y borrascas, digo, una lección que todos deberían conocer. Una lección del valor de la unidad y de la tolerancia y también una lección sobre estos  pueblos islámicos que llenaron de lujo y prosperidad esta tierra hasta la llegada de los fanáticos. Una lección al fin de que, pasan los siglos y seguimos sin aprender las lecciones.
Mi puntuación subjetiva: Un 7 sobre 10.

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