domingo, 29 de marzo de 2020

Mi comentario a “La abuela que cruzó el mundo en una bicicleta” de Gabri Ródenas

Es un cuento, un relato casi fabuloso, inspirador, revelador e incluso fascinante, en el que la fuerza del amor, el perdón, el reencuentro con uno mismo, la importancia de las pequeñas cosas y su sentido universal, están muy presentes. No lo encuadraría dentro de la literatura de autoayuda.
El autor usa una de las más poderosas herramientas para exponer y fijar en el interlocutor, el cuento, la narración, el contar historias. No es un autor que te dice debes hacer esto o lo otro porque a mí me funciona, como ocurre con la autoayuda. Aquí el autor cuenta con los personajes y sus peripecias para que el lector descubra, desvele.
A nivel filológico es solamente correcto. En algún capítulo, en algunos monólogos hay abuso del mal llamado lenguaje inclusivo que, a efectos literarios, es como si un escultor cambiara el cincel por una pajita de refrescas, lo degrada. Pero no está mal narrado en modo alguno.
Es intenso y merece mucho la pena su lectura.

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