jueves, 19 de noviembre de 2015

Mi comentario a "El secreto de la modelo extraviada" de Eduardo Mendoza


Genial,  como nos tiene acostumbrados el autor con su innombrable, y en esta novela más estrafalario que nunca, protagonista.
Ha sido todo un bálsamo por el momento en el que la he leído, coincidiendo con los atentados de París. De hecho ha sido su lectura el único momento que me ha sacado de un estadio generalizado de rabia e impotencia, por lo que aún he valorado más la medicina de la literatura.

Comentar una novela de Eduardo Mendoza que tiene como protagonista a este personaje es fácil. La clave, para mí está en el contraste que produce el uso de un lenguaje, preciso, alto, inmaculado, brillante, preñado de un léxico y un acervo de recursos estilísticos elevado que, al ponerse en boca de personajes de lo más pintorescos, resulta desternillante.
Es una delicia leerlo y sumirte en ese discurso que te transporta y que quiebra a cada paso con la imagen que se hace el lector de las surrealistas escenas por las que nos lleva la trama. Con momentos de lucidez, me refiero dentro de la paranoia habitual de los personajes, que hacen reflexiones más que profundas sobre asuntos importantes, pero sin dar la espalda en ningún momento al humor más desternillante, limpio e inteligente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario