viernes, 10 de mayo de 2019

Mi comentario a “La llave 104” de Paz Castelló





Si dijera que la autora de este libro nos ha hecho a sus lectores un maravilloso regalo con esta nueva novela, no mentiría pero tampoco diría lo que creo  rotundamente. Con “La llave 104” Paz Castelló hace un regalo al género del thriller, pero mucho más aún, a la literatura con mayúsculas.
Y es que este libro, el cuarto en su bibliografía, es mucho más que una consolidación, es entrar por la puerta grande en el club de los grandes escritores. Insisto, no de un género, pues hablar de género literario hace referencia al contenido, que por cierto es tremendo y original en esta novela, sino que transgrede la parcela del género thriller o de intriga porque Paz transgrede y crece como escritora muchísimo, atreviéndose con un estilo que ya obtiene denominación de origen propio y que destaca por muchas cosas. Es atrevida en cuanto a la construcción, resultando una gestión de los tiempos y personas narrativas deliciosa y magistral, es quirúrgica en la elección de losu adjetivos. Una verdadera fiesta para los sentidos pues, como ya ocurría con “Dieciocho meses y un día” la escritora te lleva al lugar que quiere, te hace sentir lo que quiere que sientas, oler lo que quiere que huelas, ver y oír lo que quiere que veas y oigas. Usa el adjetivo a nivel gran maestra. La sintaxis, la riqueza léxica y discursiva. De verdad. De corazón. Podría pensarse que estaba predispuesto a que me gustara, pero ha sobrepasado todas mis expectativas. 
Es transgresora, como ya lo fue anteriormente en el dibujo de personajes femeninos potentes, cuajados, en hacer ver con arte literario lo que muchos no consiguen explicar ni a gritos. Dibuja unos personajes con aristas que hacen reflexionar al lector en el plano ético, revelando la víctima que subyace bajo una apariencia villana y villanizada. Es capaz de poner al lector, y a mi me ha puesto, al borde de la ira, de la rabia, del sentimiento homicida necesario con momentos y escenas pavorosas que te rasgan el alma.
Además, para los que disfrutamos con los aforismos y pensamientos que nos regala cada día la autora en su blog y redes, la novela cuenta con pequeñas joyas líricas que el lector encuentra entre sus páginas.
En definitiva. Estamos ante un pedazo de novela que lo tiene todo para atraparte, para hacerte devoto de la autora y de su brillantísimo estilo narrativo. Me permito esta licencia porque siempre he analizado todas las novelas bajo el prisma filológico, es decir, me gusta más el cómo se dice que lo que se dice. Hay grandes historias contadas de forma más o menos ordinaria. En esta obra, la dosis de ambas caras, lo que se cuenta y cómo se cuenta, es proporcionada e inmensa en las dos vertientes.
Una gran novela, consagración, si aún no lo era, de una gran escritora. Enhorabuena. 
Leedla. No os va a dejar indiferentes.

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