martes, 9 de junio de 2015

Mi comentario a "La chica del tren" de Paula Hawkins

Pues no es de lo mejor que he leído ni mucho menos. Mi respeto a la forma de escribirlo, a esa cuadrafonía o diferentes voces narrativas en las que cada personaje narra en primera persona su versión de los hechos. Un estilo de escritura sencillo y una mención especial a la buena traducción, que se agradece viendo lo que se vé por ahí con algunos best-seller.  También destaco la estructura que es agradable al lector por encontrarla coherente.
No obstante se me hace pesado y una gran paranoia colectiva. La sensación es muy parecida a cuando leí "Pérdida" (Gone girl), que también traía mucha parafernalia y publicidad en su salida al mercado.
A ver, a lo mejor si uno es un alcohólico  o un paranoico puede entender la forma de pensar y evolucionar de los protagonistas. Pero a quienes aún presumimos de no serlo, nos parece demasiado recurrente y cansina la descripción o vivencia de la psique enferma de estas personas que, por desgracia, sufren de esta adicción. Quizá sea muy conmovedor o ilustrativo en USA pero, por ejemplo, quien ha experimentado de vez en cuando una cogorza común se identifica mucho más con el bebedor que presenta Mikel Santiago en su último libro que con la protagonista de "La chica del tren".
Como digo, el estilo es bueno, no original porque lo hemos visto en muchas novelas y alguna de ellas grandes clásicos de la literatura hispanoamericana, pero bueno. La trama, regular, la forma de contarla bien pero el nivel de interés se disuelve a lo largo de la novela.
Cuando esto me ocurre, releo a los clásicos. Así que la próxima novela "Grandes Esperanzas" revisited.

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