Una buena forma de cerrar el círculo de una trilogía que ha ocupado más de 20 años en la vida literaria de un autor fetiche para mí en la novela policíaca y negra.
La primera de ellas, "El poder del perro" es una novela brutal, toda una epopeya de narcos mexicanos que da mil patadas a cualquier serie televisiva que trate de narrar aquel universo. Sólo "La Reina del Sur" del maestro Pérez-Reverte es equiparable a lo que en esta se narra y cómo se narra. Su continuación, "El cártel", también es otra gran novela, bien escrita aunque sorprenda menos la crudeza de las descripciones y el vertiginoso ritmo narrativo de Winslow. Esta tercera, cierra un círculo en torno a Art Keller y debe ser leída por todos los que disfrutamos con este autor, su prosa vertiginosa y su capacidad descriptiva y analítica. El autor, conocedor de sus virtudes, intuyo, somete a grandes cambios de ritmo una novela que, al igual que la anterior, se plantea como un tablero de ajedrez que va poco a poco resolviéndose, mientras muestra al lector la crudeza de una sociedad hipócrita y las víctimas y verdugos que provoca el tráfico de drogas en México y, más concretamente en esta novela, en Norteamérica.
Muy bien escrita, como suele ser en Winslow. No sorprende tanto como "El poder del perro", no engancha tanto como "El cártel" pero es indispensable de leer para culminar la historia de un policía de la DEA, honesto y leal a sus principios, en una sociedad donde todo tiene un precio.
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