martes, 9 de octubre de 2018

Mi comentario a "Sabotaje" de Arutro Pérez-Reverte



Como siempre, pero más incluso, una experiencia de lectura impresionante, única. El tercero de la serie Falcó tiene todo lo que un lector revertiano, y cualquiera que goce con la literatura,  espera encontrar, y si cabe, aún más depurado.

Si este hombre escribiera, no sé, por ejemplo, las instrucciones de los aparatos, algunos no saldríamos de la página de Amazon.

Es sublime su utilización del predicativo, cómo es capaz de decir, con un adjetivo, lo que a otros les ocupa una página o un capítulo. Los libros de Pérez-Reverte abría que leerlos una y otra vez sólo por aprender a hablar y a escribir mejor.

Pero es que, además, es excelso en la trama, en el dibujo de los personajes, los estados de ánimo que se describen en las propias descripciones del espacio, las personificaciones, que están ya a un nivel lírico y, en definitiva, es un lujo ser contemporáneo de este escritor.

Aparece la recurrente mujer superior, cuajada, femenina y quizá feminista, pero no folclórica, capaz de sumir a cualquiera en la miseria con una mirada. Hay un muy adecuado enlace con la segunda novela de Falcó. Algo que está ahí, y que remueve la nostalgia del protagonista y del lector.

Hay escenas más tórridas de lo que viene siendo habitual y, siempre, sin caer en el mal gusto o lo zafio, siempre construidas con el tacto de la buena literatura.

En definitiva, si va a ser el último de la serie, nos vamos a quedar con ganas de más.

La historia de España y Europa contada sin los complejos que a tantos atormenta y los convierten en tormentos. Historias de espías, de mercenarios, de bandos, de lealtades, pero sobre todo, de personas.

 

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