En primer lugar comentar que se trata de una novela, cuando
menos, valiente, pues del mundo del fútbol parece que todos saben. Sin duda se
lee más aunque sea en periódicos, redes o web que de cualquier otro tema y eso
es un hándicap ya para el autor que se atreve a entrar en un universo en el que
todos se van a apuntar a los que quieren ver más allá de la literatura,
identificar personajes, equipos, ciudades, etc.
Por esta razón, me parece muy oportuna la fórmula en la que
mezcla las dosis de realidad y ficción en cuanto a la identidad, no sólo en
cuanto a lo literario, que se da por descontado, sino también en cuanto a la
concepción de un club, el Real Triunfo, sobre el que se ubican los actores de
este drrelato con tintes negros.
Parece ser la ópera prima del escritor por algunas
cuestiones de estilo, como la recurrencia al nombre propio en la deixis de los
personajes y otros rasgos estilísticos. También se aprecian algunas erratas
propias de una primera edición que debía haberse corregido mejor.
Sin embargo, y pese a eso, llama la atención una intensa
fuerza para contar historias y dibujar personajes humanos, con sus virtudes y
defectos, con sus grandezas y miserias, capaces de sorprender. Me gustan mucho
los personajes de las dos mujeres protagonistas en un mundo muy de hombres,
aunque afortunadamente eso vaya cambiando. La fuerza de esa mujer que se exhibe
tanto en sus momentos álgidos, lo que hoy, calcando del inglés, se llamaría
empoderamiento, como también en esos otros en los que se identifica como humana,
sin necesidad de demostrar lo que es o no es. "Una paradoja repleta de
ironía". Eso ocurre también con los personajes masculinos más complejos de
la novela, sus claroscuros, “lo que valen por lo que hablan y lo que callan”,
parafraseando al propio autor.
En definitiva, he pasado un buen rato. Es mejorable su
edición, con el debido respeto que debe mostrar quien no sabría hacerlo mejor,
pero es rotunda en la historia que cuenta y sorprendente en su desenlace.
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