Una bonita historia que sirve para enmarcar la vida de las sociedades celtas antiguas. No tanto las que subsistieron en Irlanda o Escocia hasta la llegada del cristianismo, que también, sino aquellas centroeuropeas que se enfrentaban con las tribus germanas a comienzos de nuestra era.
A nivel literario es revisable por unos cuantos gazapos (las retinas nos pueden reflejar miedo y cosas así) pero se trata de una historia que sirve para abstraerse y conocer de forma amena las costumbres, la espiritualidad y las leyes de los pueblos celtas en el momento en que pasaron del uso del bronce al uso del hierro en el forjado de sus armas y herramientas.
Druidas, guerreros, naturaleza, todo lo que se puede esperar de una historia contada por un narrador que hace el papel de bardo. Bonita lectura para compartir con los niños.
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