Es un relato brutal, absolutamente adictivo y que no puede dejar indiferente a ningún lector. Es de esas lecturas que, cuando las terminas, piensas que deberían ser obligatorias para todos y que se las exigiéramos a nuestros hijos. Trepidante en la forma pero sobre todo, directo, intenso y conmovedor en el fondo. No sólo te hará pensar. Probablemente te haga mejor persona.
Imprescindible.